En el año 2005 el artista David Byrne presentó una instalación
sonora a la que llamó “Playing the
Building”, en la que la estructura física de un edificio era convertida en
un gran instrumento musical.
A través de motores, solenoides y algunos otros dispositivos
móviles que funcionaban a modo de estímulos; columnas, vigas y demás elementos
estructurales del edificio eran intervenidas de tal forma que generasen
diferentes sonidos.
Todos estas intervenciones eran controladas desde un teclado
(específicamente un piano de ), el cual estaba conectado a través de cables a
los diferentes dispositivos en varios lugares del edificio.
Lo interesante de la propuesta, a mi modo de ver, es que
desaparece la noción de notas musicales, escalas, armonías, etc. y al tiempo de
ir “ejecutando” el “instrumento” se va descubriendo el “espacio” que ocupa cada
sonido, su intensidad, su volumen, su altura y demás características del objeto
sonoro.
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