Luigi Russolo (pintor y músico italiano) máximo exponente
del futurismo musical, es considerado por algunos autores como el primer compositor
de música experimental de la historia.
Parte de ello se debe a su tratado/manifiesto “L’arte dei
Rumori” (El arte de los Ruidos, 1913) y a la invención de un instrumento sonoro
denominado “Intonarumori” (entonador de ruidos), capaz de generar “rugidos”, “silbidos”,
“susurros”, “chillidos”, “ruidos metálicos”, “voces”; los cuales organizados de
determinada manera y respondiendo a una particular nomenclatura musical (también
desarrollada por Russolo) se anticiparon 30 años -y tal vez funcionaron como
inspiradores- a los experimentos de “música concreta” realizados por Pierre
Schaeffer.
Si bien los intonarumori tuvieron una nula aceptación (además
de ser denostados por los músicos de la época) en su momento, no solamente
innovaron desde lo sonoro; a mi criterio personal el aspecto más interesante
que poseían era la forma de ejecutarlos.
Una manivela y una palanca. Elementos que por aquellos
tiempos en los que la industria, la mecánica y el automotor constituían la
novedad tecnológica, este particular instrumento se ejecutaba de la misma manera
(y con los mismos elementos formales) cual si fuera una máquina.
Con lo cual podemos deducir que cualquier persona que conociera
el funcionamiento de una máquina tipo (y con el agregado del sentido estético-musical
que los seres humanos poseemos, aun sin desarrollarlos académicamente) estaba
en condiciones de ejecutarlo.
La aproximación al instrumento era posible que sucediera en
forma lúdica, sin necesidad de poseer una técnica de ejecución previa e
invitando al “músico ocasional” a interactuar con el mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario